Rumbo al bicentenario: autoras decimonónicas vigentes
Los grandes retos del presente y la situación de la mujer peruana

Evelyn Isamar Huarcaya Gutierrez
evelyn.huarcaya@unmsm.edu.pe

Muchos de los imaginarios y problemáticas presentes relacionados con la mujer y la educación en el medio peruano aún persisten desde hace décadas e, incluso, siglos atrás. Si bien hemos logrado notables avances desde la inserción de la mujer al mercado laboral, su ingreso a las universidades y la reducción de las brechas de género en el acceso a la educación básica regular en sectores rurales y urbanos (INEI, 2020), existe todavía una constante desigualdad a nivel de la condición social entre las mujeres de la capital y las de provincias, sus niveles de estudio y los empleos a los que pueden acceder, además del machismo presente en muchos grupos familiares.

Desde el siglo XIX, se expande y regenera un sistema que ha adoptado, en algunos casos, formas más sutiles de manifestarse como el micromachismo. Según Juan Carlos Suárez Villegas (2013), este es «un concepto acuñado por el psicólogo Luis Bonino refiriéndose a actitudes de dominación “suave” o “bajísima intensidad”, formas y modos larvados y negados de abuso e imposición en la vida cotidiana» (p. 240). Las desigualdades expresas y veladas entre las brechas de género son cada vez más claras en el contexto actual peruano. En 2020, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) identificó que la tasa de actividad laboral de los hombres se ubicó en el 75,2 %, y la de las mujeres, en el 51,5 %. Además, analizó la tasa de actividad de mujeres y hombres según el nivel educativo alcanzado. Tal como se observa en la tabla «Perú: tasa de actividad de mujeres y hombres, según nivel educativo. Trimestre julio-agosto-septiembre 2019 y 2020» (que se encuentra en la galería de fotos), en el Informe Técnico. Estadísticas con Enfoque de Género del INEI, las cifras indican que las brechas educativas de las personas activas a nivel laboral son significativas:     

Por nivel de educación, se observa una mayor participación [cursivas añadidas] en la actividad económica de los hombres [cursivas añadidas], en todos los niveles educativos [cursivas añadidas]. Así, el 79,1 % de los hombres que tienen educación primaria o menor nivel están en la actividad económica y en el caso de las mujeres 54,7 %; entre los que tienen secundaria en los hombres la tasa de actividad es de 72,0 % y en las mujeres de 44,2 % y con educación superior: hombres 78,0 % y mujeres 58,6 % (INEI, 2020, p. 14).

Estas brechas son reforzadas por el pago que reciben las trabajadoras según su género a pesar de contar con el mismo nivel de estudios alcanzados, tal como se observa en la tabla «Perú urbano: ingreso promedio mensual de mujeres y hombres según nivel educativo alcanzado. Año móvil: octubre 18 – septiembre 19 / octubre 19 – septiembre 20», en el Informe Técnico. Estadísticas con Enfoque de Género de INEI.

En otras palabras, no solo hay un mayor porcentaje de hombres que trabaja y participa en la actividad económica frente a las mujeres, sino que es el mejor pagado. Si bien ambos grupos ganan más mientras tengan mayor nivel educativo, las diferencias salariales son notorias.

¿Qué nos dicen sobre esto algunas escritoras peruanas del siglo XIX e inicios del siglo XX, Mercedes Cabello, Clorinda Matto y María Jesús Alvarado? ¿Los mismos problemas del siglo XIX persisten en el siglo XXI? Cabe destacar la vigencia de los pensamientos de la primera generación de mujeres ilustradas en el Perú, quienes, valga la observación, pertenecieron a una clase social media alta. Desde su condición de género, compartieron las mismas limitaciones que la sociedad peruana de antaño impuso a las mujeres. Mercedes Cabello de Carbonera en «Necesidad de una industria para la mujer» (1875), publicado en dos entregas (6 y 13 de marzo) en La Alborada, afirma que se deben generar políticas que fomenten una educación industrial en la mujer de la mano «del gobierno y las municipalidades»  La preocupación por el derecho al trabajo también es analizada por Clorinda Matto en «Las obreras del pensamiento» (1902) y «La necesidad del trabajo para la mujer» (1890). Uno de los grandes cambios que se produjeron desde el siglo XIX hasta el siglo XX fue el acceso de las mujeres a una educación superior y el derecho a ejercer un trabajo: «Es que la mujer toma posesión de sus derechos. Es la sociedad que se perfecciona. Es la humanidad que se completa» (Matto, 1902, p. 251).

Gracias a estas mujeres, hoy muchas tienen derecho a un empleo en el ámbito laboral. Sin embargo, su acceso a una educación superior no es del todo exitoso. En los datos del INEI, se advierten las brechas de género a nivel de empleo, salario y educación. El camino de las mujeres como individuos capaces de cursar carreras universitarias se inició con Trinidad María Enríquez, la primera mujer que ingresó con permiso personal a las aulas universitarias peruanas de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC) en 1875, pero se le negó el grado académico y la autorización para ejercer. No fue sino hasta 1908 cuando las mujeres adquieren recién este derecho a través de la Ley 081 (Campos, 2012).

En el siglo XIX, Matto reflexiona sobre los anacronismos cuando menciona la necesidad de que muchas mujeres se instruyan en diferentes áreas como las ciencias médicas en naciones más civilizadas:

Esto escribimos ha [sic] poco tiempo, con motivo del ingreso de una distinguida señorita a la Escuela de Medicina de Santiago. […] La señora Ana S. viuda de Mac Sorley, la primera en el Perú que después de estudios concienzudos, y notables pruebas ha optado el diploma de Cirujana-Dentista. En otras naciones adelantadas el hablar de esto, en un artículo de fondo, sería anacronismo […], pero en nuestro país se ha estancado la corriente civilizadora (1890, como se citó en Mannarelli, 2013, p. 183).    

Actualmente, según el Centrum PUCP, solo el 32 % corresponde a mujeres. Además, solo el 29,2 % de mujeres está matriculado en carreras del área de ciencia y tecnología (Universidad de Ciencias y Humanidades, 2019). Las brechas de género con respecto a las mujeres que se gradúan y estudian carreras relacionadas con las ciencias, ingenierías y tecnología son amplias. Ahora, las mujeres tienen acceso a estudios superiores, pero no todas pueden terminar su carrera, pues no cuentan con el apoyo familiar o carecen de los medios económicos necesarios. El Programa de Becas y Créditos Educativos del Perú (Pronabec) ha lanzado en 2021 la beca Mujeres en la Ciencia para impulsar a que más jóvenes puedan seguir sus estudios con el apoyo y soporte del Estado peruano. Pero ¿cuántas becas ofrecen? 150 becas. ¿Son suficientes para cubrir la demanda de las mujeres peruanas? No. ¿Las mujeres que logran terminar sus estudios reciben los mismos incentivos monetarios que sus pares varones? No. María Jesús Alvarado Rivera, en la Educación femenina (1915), reflexiona sobre las injusticias que ocurrían a inicios del siglo XX con respecto a la paga salarial de las mujeres peruanas:

Tiene la mujer que lanzarse a la lucha por el pan diario a los talleres, a las fábricas, al comercio, a las profesiones liberales, y a los diversos puestos que puede desempeñar su actitud, y en los que el hombre quiera admitirla, unas veces por espíritu de justicia, y la más por lucro, pues el trabajo femenino, siendo igual, y en muchos casos superior al del varón, obtiene siempre cotización más baja [cursivas añadidas] (1915, como se citó en Mannarelli , 2013, p. 335).

Lamentablemente, a pocos días del bicentenario de la independencia del Perú, muchos de los problemas del siglo XIX e inicios del siglo XX persisten en el siglo XXI. Muchos de los reclamos de las escritoras peruanas aún están vigentes. Si bien con respecto a los años anteriores se comprueba según las cifras presentadas por el INEI (2020) que el acceso a la educación básica regular de las mujeres es similar al de sus pares varones en áreas rurales y urbanas, esto no se corresponde con las brechas de género aún presentes en los pagos salariales que reciben a pesar de contar con el mismo grado de estudio.

Como lo señaló María Jesús Alvarado en 1915, hace 106 años atrás, la cotización del trabajo femenino siempre es más baja y es una injusticia que se debe cambiar. Dos siglos después, las cifras confirman que es un problema que se debe visibilizar y revisar con urgencia. Como lo dijo Esther Festini,el rol que le corresponde a la mujer en la sociedad es el que determina su educación» (1901) y, como mucho antes reflexionó Séneca en el siglo 4 a. C.: «La educación de la mujer depende de la salvación o la pérdida del Estado» (1915, como se citó en Mannarelli, 2013, p. 311).

La civilización, el progreso y la justicia de un Estado se miden en cómo tratan a sus habitantes. «Del total de la población peruana, 16 millones 190 mil 895 corresponde a población masculina y 16 millones 435 mil 53 a la población femenina, correspondiendo una relación de masculinidad de 99 hombres por cada 100 mujeres» (INEI, 2020). Poco más de la mitad de la población peruana está compuesta por mujeres, y estas se encuentran aún supeditadas a la injusticia de un sistema patriarcal que desvaloriza sus trabajos y no toma en cuenta su educación, mucho menos los pagos salariales que reciben; este sistema necesita ser reestructurado por el bien de las peruanas y los peruanos de nuestro país, que luchan por un Perú con igualdad de oportunidades para todas y todos.

Hoy, casi 200 años después, las palabras de Mercedes Cabello, Clorinda Matto y María Jesús Alvarado están más vigentes que nunca. Luchemos contra el despotismo y las injusticias que quieren mantener a la mujer en la oscuridad de la ignorancia sobre sus derechos, las injusticias salariales y la violencia. Solo siendo conscientes del problema y asumiéndolo lograremos generar cambios de la mano del Estado y de la ciudadanía comprometida.

Referencias

Alvarado, M. (1911). “El feminismo”. Conferencia leída en la Sociedad Geográfica, 28 de octubre de 1991. En E. Mannarelli, Las mujeres y sus propuestas educativas, 1870-1930 (pp. 303-334). Derrama Magisterial.

Alvarado, M. (1915). “Evolución femenina”. Discurso de inauguración de la Escuela “Moral y Trabajo”, 18 de julio de 1915. En E. Mannarelli, Las mujeres y sus propuestas educativas, 1870-1930 (pp. 335-338). Derrama Magisterial.

Cabello, M. (1875). “Necesidad de una industria para la mujer”. La Alborada, 6 y 13 de marzo. En E. Mannarelli, Las mujeres y sus propuestas educativas, 1870-1930 (pp.  98-104). Derrama Magisterial.

Campos, A. (2012). La educación universitaria de la mujer. Educación, (18), 91-101. https://doi.org/10.33539/educacion.2012.n18.1010

Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú (INEI). (2020). Informe técnico. Estadística con enfoque de género [Archivo PDF]. http://m.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/04-informe-tecnico-enfoque-de-genero-jul-ago-set-2020.pdf?fbclid=IwAR3AvAXifSYvslotdKn3tmaKQt2MFXmlexRntYD9GKPzP8CHbxLdQYjkrJ8

Matto, C. (1890). “La necesidad del trabajo para la mujer” (1890). El Perú Ilustrado, 20 de setiembre. En E. Mannarelli, Las mujeres y sus propuestas educativas, 1870-1930 (pp. 183-184). Derrama Magisterial.

Matto, C. (1902). “Las obreras del pensamiento”. Boreales, miniaturas y porcelanas. Imprenta de Juan A. Alsina. 

Suárez, C. (2013). El micromachismo en la publicidad. Nuevas estrategias para viejos estereotipos: “mi marido me ayuda” y “el elogio de la maternidad”. Pensar la publicidad. Revista Internacional de Investigaciones Publicitarias, 7(2), 239-251. https://doi.org/10.5209/rev_PEPU.2013.v7.n2.46176

Universidad de Ciencias y Humanidades. (11 de febrero de 2019). Mujeres haciendo ciencia en el Perú: ¿cómo estamos?. https://www.uch.edu.pe/uch-noticias/p/mujeres-haciendo-ciencia-en-el-peru-como-estamos?fbclid=IwAR02-50v-T2JzGWb5QO0tnCrpKXIncp0cLDCqHvFePjV_xB85wNubkFjMyA

Evelyn Isamar Huarcaya Gutierrez. Es máster en Investigación en Humanidades por la Universidad de Extremadura (UEX) y licenciada en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), en la cual también cursó sus estudios de maestría en Literatura Peruana y Latinoamericana. Actualmente, es jefa de práctica en la Universidad Privada del Norte (UPN).

Participó, en calidad de ponente, en diversos coloquios y congresos: II Congreso Internacional Interdisciplinario La Poesía de las Américas/Las Américas en la Poesía; XII Jornadas Andinas de Literaturas Latinoamericanas (Costa Rica, 2017); XXIII Coloquio de Estudiantes de Literatura (Lima, 2018); III Coloquio Internacional de Estudios sobre Culturas Originarias de América (Cuba, 2018); Coloquio de Literatura, Género, Política y Educación. Homenaje a Teresa González de Fanning (Lima, 2018); XXII Congreso de la Asociación Alemana de Hispanistas (Berlín, 2019), entre otros. Además, publicó en la plataforma del Ministerio de Cultura del Perú (Mincul) los siguientes artículos: «Un taller para ponerte en la piel del otro: “Arte para la [de]transformación” del Colectivo C.H.O.L.O.», «Arte y el desarrollo intra e intercultural: la experiencia de la Asociación Ayllu Yupaychay» y «¿Se puede vivir de y para la literatura? Posiciones en debate». Publicó el libro El vocativo y la construcción de una España-cuerpo en España en el corazón de Pablo Neruda (Ápeiron Ediciones, 2020).    

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